30 Los restantes huyeron a la ciudad de Afeq, pero la muralla se
desplomó sobres los 27.000 hombres que quedaban. Ben Hadad había huido
y se había refugiado en la ciudad, en una habitación retirada.
31 Sus servidores le dijeron: «Hemos oído que los reyes de la casa de
Israel son reyes misericordiosos. Deja que nos pongamos sayales sobre
nuestros lomos y cuerdas en nuestras cabezas y salgamos hacia el rey
de
Israel. Acaso te deje la vida.»